30 diciembre, 2016

Pan de frutas y nueces con té, miel y naranja para despedir el año

¿Estáis teniendo una Feliz Navidad? Espero que sí, al menos todo lo buena que pueda ser según las circunstancias de cada uno. A decir verdad, tengo unas ganas de que se termine el 2016 como nunca lo había sentido, y eso que para mí el cambio de año no supone mucha diferencia. Pero se han acumulado muchas cosas, personales y no personales, que me han hecho ver este año con ojos negativos, a pesar de que también ha tenido muchas cosas buenas. Así que voy a intentar centrarme en los recuerdos que merece la pena atesorar y pienso recibir el nuevo 2017 con energía positiva y ánimos renovados. Así que tenía que traer una de las últimas recetas que más alegría al estómago me han dado, este delicioso pan de frutas y nueces con té, miel y naranja, o Früchtebrot.

Fruit Teabread

Mis Navidades están pasando, dentro de lo que cabe, bien, dentro de lo normal en nuestra familia. Lo malo es que me he traído trabajo conmigo y el tiempo me ha comido un poco, dejándome poco margen para hacer todas las cosas que me hubieran gustado. También han sido las primeras fiestas sin mi abuelo, y hemos tenido a varios familiares pachuchos -con visita al hospital incluida-, así que están teniendo también su lado tristón. Pero al final es ley de vida y nunca podremos tener siempre una Navidad de ensueño; para eso nos debemos quedar con nuestros recuerdos de la infancia, cuando de verdad era una época mágica en la que solo había que disfrutar y pasarlo en grande. Qué malo es hacerse mayor :P.

Fruit Teabread

Las comilonas navideñas las llevo bien, básicamente porque no hemos tenido esas reuniones con mucha familia y en casa nos contenemos un poco. Sí hay sobresaturación de dulces porque... ¡son demasiadas cosas ricas a las que es imposible resistirse! Es el problema de la multiculturalidad, cada país y región tiene sus dulces navideños típicos... y nos gustan casi todos. Entre los españoles, suizos, alemanes, italianos y británicos, nos falta hueco, temporal y digestivo. No me preocupan las calorías, pero tengo un estómago delicadete y en cuanto me paso un poco sufro las consecuencias, como ahora mismo. Menuda noche de ardores he pasado, y no sé muy bien por qué, la verdad, ayer me porté bien -de verdad-. Es probable que mi suegra tenga razón y sea, otra vez, cosa de nervios. Mi gran propósito de Año Nuevo será aprender a relajarme y controlar los agobios que tan mal me sientan.

Fruit Teabread

Este pan de frutas es del tipo "tea bread", que además de estar muy rico para tomar con el té lleva té en la masa. Muuuuuuchas frutas secas y frutos secos, especias y aromas que juntos crean una mezcla espectacular. Se puede tunear de muchas formas, cambiando la proporción y las variedades de frutas, usando tés distintos, más o menos licor, cambiando el zumo de naranja por otro de manzana o mandarina, agregando otras especias, etc. Esta delicia la horneé a finales de noviembre, para los desayunos con mi madre, y fue un éxito. Está más rico con el paso de los días, así que no tengáis miedo en dejarlo horneado con mucha antelación. Si os encontráis con excesos de frutas secas o nueces estos días, es un buen recurso para darles salida. Sabe y huele a Navidad, pero es perfecto para cualquier día de invierno.

Fruit Teabread

Receta de pan de frutas y nueces con té, miel y naranja

Inspiración: adaptada de Das Trüffelschwein

Ingredientes para 1 pan grande

- 400 g de mezcla de frutas secas al gusto (dátiles, ciruelas pasas, pasas de corinto, pasas sultanas, arándanos rojos, orejones de albaricoque, cerezas, higos...)
- 1 litro de té fuerte o infusión al gusto (mejor si es té negro con especias como canela y jengibre)
- 1 naranja de zumo
- 2-3 cucharadas de Oporto o de ron
- 50 g de avellanas
- 50 g de nueces
- 4 huevos
- 40 g de miel
- 20 g de panela o azúcar moreno
- 200 g de harina integral de espelta
- 200 g de harina de trigo o de espelta blanca
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de jengibre molido
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de clavo
- 1 pizca de cardamomo
- 1/4 cucharadita de semillas de anís

Picar groseramente las frutas más grandes y quitar los huesos, las que lo tengan. Colocar en un recipiente grande y cubrir con el té filtrado y el zumo de la naranja. Añadir el Oporto o ron y mezclar todo muy bien, procurando que queden bien empapadas. Tapar y dejar reposar toda la noche,o al menos un par de horas.

Precalentar el horno a 200ºC y preparar un molde rectangular grande de tipo plumcake, engrasándolo o forrándolo con papel sulfurizado. En un recipiente grande, batir con unas varillas los huevos con el azúcar y la miel. Añadir las nueces y avellanas picadas al gusto y echar encima las harinas con las especias, la sal y la levadura. Mezclar ligeramente y echar la mezcla de frutas, escurriéndolas. Si quedara muy seco, echar un poco del líquido de la maceración.

Llenar el molde con cuidado, igualando bien la superficie, y hornear durante unos 40-45 minutos, bajando la temperatura a 180ºC pasados los primeros 15 minutos. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Está buenísimo casi con lo que sea: solo, con té, con café, con leche, con vino dulce, con fruta fresca, mantequilla salada, queso curado o queso crema, dulce de membrillo... Aguanta muy bien hasta dos semanas si se envuelve y se guarda en un sitio fresco, pero no durará tanto. Pero recordad que mejora con los días.

Fruit Teabread


¡Feliz fin de año!
22 diciembre, 2016

Spekulatius a la suiza, más galletas para la lista de Navidad

Estoy escribiendo esto porque no, a mí tampoco me ha tocado la lotería. Yo no me he gastado ni un céntimo, pero era la encargada de vigilar todos los números de la familia murciano-madrileña, al final unos cuantos entre pitos y flautas. Pero nada, lo único que se ha acercado ha sido un quinto premio que nos ha fallado por una mísera cifra. En fin, sigamos con nuestras vidas de pobres. Y llenémoslas de galletas de Navidad, por favor, que esa sí que es una tradición que no nos falla. Hoy sumamos a la lista la receta de Spekulatius, al menos una de sus múltiples versiones, esta vez a la suiza.
Spekulatius - Spéculoos
Ya estoy en Murcia, como los lectores más veteranos habrán podido adivinar. O si me curioseáis por las redes sociales, que eso da muchas pistas :P. No me ha gustado mucho cómo han caido las fiestas este año, la Nochebuena en sábado me da un poco de bajona, no sé por qué. El lunes llegué a una Murcia irreconocible, lluviosa, gris, fría, inundada, pero ya el martes amaneció un glorioso cielo azul. La zona de mi campo y la playa, donde he pasado todos los veranos y mucho más de mi vida, se ha llevado la peor parte, y les costará mucho recuperarse. Ojalá no haya mucha incompetencia por una vez y lleguen las ayudas pronto. Me pregunto cómo lo habrán vivido los alemanes/británicos/holandeses que viven en las chorrocientas urbanizaciones a medio terminar que salpican los campos.
Spekulatius - Spéculoos
Yo he venido un poco bastante agobiada, tras un fin de semana de pintar galletas sin parar y con mucho trabajo pendiente. Son fechas algo complicadillas por las prisas por terminar cosas pendientes antes de final del año, los regalos, los preparativos navideños, los compromisos familiares, la planificación de los menús... ¡Y los dulces! A pesar de que cada año quiero probar recetas nuevas, hay algunas que hay que repetir sí o sí. Entre los dulces navideños murcianos y los suizos no me da la vida, menos aún cuando me enamoro de recetas nuevas y también quiero repetirlas.
Spekulatius - Spéculoos
Las gingerbread decoradas ya están terminadas y ayer horneé mis queridas tortas de Pascua; hoy intentaré hacer Mailänderli y mañana Chräberli. Obviamente, no nos vamos a comer todo solos ni de golpe; nos durarán hasta el Roscón -o más- y vamos a compartirlo todo con la familia y los amigos. Eso sí, estas Spekulatius ya pasaron a mejor vida.

Receta de Spekulatius, galletas de Navidad a la suiza
Inspiración: adaptada de Betty Bossi, mi biblia para las galletas navideñas
Ingredientes para unas 45-55 galletas

- 120 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 110 g de azúcar moreno claro (o panela)
- 1 huevo L a temperatura ambiente
- 1 pizca de sal
- 60 g de almendra molida
- ralladura de 1 limón
- 250 g de harina de repostería
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de cardamomo molido
- 1/4 cucharadita de jengibre molido
- 1 pizca de clavo molido

Trocear o rallar la mantequilla y batir con una batidora de varillas hasta dejarla cremosa. Agregar el azúcar moreno o panela y batir hasta que quede esponjoso. Incorporar el huevo y la sal y batir un poco más.

Echar la almendra molida, la ralladura del limón lavado, la harina, la levadura y las especias, y mezclar muy bien hasta tener una masa homogénea. Dividir en dos discos, envolver en plástico film y guardar en la nevera como mínimo 30 minutos.

Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado o similar. Sacar una de las porciones de masa y estirar con un rodillo hasta dejar un grosor de unos 6 mm. Yo lo hago entre láminas de papel sulfurizado para que no se pegue. Recortar galletas con los moldes que se quiera y distribuir en las bandejas.

Hornear una bandeja cada vez, unos 10 minutos. Vigilar bien que se doren al punto, dependiendo del tamaño pueden tardar más o menos. Esperar un poco fuera del horno y dejar enfriar por completo sobre una rejilla.
Spekulatius - Spéculoos
Guardadas en un recipiente hermético pueden aguantar sin problemas un par de semanas. Si es que duran tanto, claro. Recordad que no se deben guardar galletas de texturas distintas juntas, pues podrían estropearse mutuamente.

Bueno, ahora intentaré no dormirme sobre el teclado mientras adelanto algo de trabajo antes de ponerme a batir mantequilla y después acompañaré a mi padre a buscar regalos. Socorro.
Pero estoy feliz :).
16 diciembre, 2016

Bethmännchen, dulces de mazapán para Navidad

No consigo recordar estas semanas previas a la Navidad cuando era niña. Sí que me acuerdo de las tradiciones navideñas, el adviento, las chocolatinas del calendario, los catálogos de juguetes, etc, etc; pero no de cómo vivía estos días. Y me da rabia, porque debió ser la única época prenavideña libre de estrés y agobios. Más tarde diciembre se llenó de exámenes, y ahora pues... la vida, en general. Sé que todos andamos más o menos igual, y como hornear delicias navideñas ayuda a llevarlo todo mejor, hoy os dejo la receta de Bethmännchen, una delicia de mazapán.

Bethmännchen

¿Sabéis lo peor de ir con el calendario apretado y soñando con días de 72 horas? Que surjan imprevistos, claro, una pesadilla si tienes la agenda calculada al milímetro. Siempre hay que dejar margen para las emergencias o cualquier cosa que pueda surgir, aunque no es fácil. Al final la salsa de la existencia es no saber qué te vas a encontrar al día siguiente, por mucho que nos empeñemos en planear y manejar a nuestro antojo todo. Lo malo es que esos imprevistos suelen ser negativos -o nos acordamos más de las cosas negativas- y tendemos a agobiarnos más cuando no los podemos controlar. Al menos yo. Aunque estoy trabajando en ello para cambiar un poco, que no es sano.


El ejemplo más fácil lo vivimos ayer cuando ibamos al cine contrarreloj. El elfo cumple años cuando yo ya estaré en Murcia por Navidad, así que lo celebramos antes. Estrenaban Rogue One, así que había que aprovechar, pero íbamos con el tiempo justico según llegaba él del trabajo. Todo estaba calculado, sabíamos donde habría más tráfico pero... ¡oh, atasco inesperado! Yo me relajé porque no se podía hacer nada, pero el elfo se estresaba por momentos. El volante también contribuye a crear agobios, me temo. Al final llegamos con el tiempo perfecto, nos hicimos una foto con un soldado de asalto de los que patrullaban por el cine, y pasamos una buena noche con rica cena.

Hoy ya ha sido otro cantar, pero ahora me permito un paréntesis para actualizar mi pobre blog, que aprece mentira que sea casi Navidad. Estos dulces de nombre tan bonito son alemanes, típicos de Frankfurt aunque hoy populares en muchas zonas. Son muuuuy fáciles de hacer y están riquísimos, además se pueden modificar según nuestros aromas favoritos. Se hacen normalmente con agua de rosas, pero yo no lo soporto y prefiero azahar, naranja o vainilla. Si el mazapán os resulta muy pesado probad estos dulces, son más suaves y menos empalagosos.
Bethmännchen

Receta de Betchmännchen, dulces de mazapán de Navidad
Inspiración: adaptada del libro Weinachtsbäkerei
Ingredientes para unas 25-30 unidades

- 250 g de masa de mazapán (en su defecto, pasta de almendra)
- 25 g de azúcar glasé
- 1/2 limón
- 1/4 naranja
- gotitas de agua de azahar
- 25 g de miel
- 1 pizquita de sal
- 1 clara de huevo L
- almendras crudas

Colocar la masa de mazapán troceada o rallada en un cuenco con el azúcar, la miel, la ralladura de limón, de naranja, el azahar, la sal y la miel, y amasar con las manos. Formar una pasta homogénea, amasando con suavidad. No debe quedar muy pegajoso.

Cubrir una bandeja de horno con papel sulfurizado. Tomar porciones con una cucharilla, de más o menos el mismo tamaño, y formar bolitas alargadas o ligeramente cónicas y distribuirlas en la bandeja. Decorar cada una con 3 medias almendras, presionando con suavidad, pero procurando que queden bien adheridas.

Batir la clara de huevo muy ligeramente y pintar con ella cada unidad. Dejar reposar a temperatura ambiente para que se sequen, al menos una hora, o toda la noche.

Precalentar el horno a 175ºC y volver a pintar con la clara sobrante. Hornear durante unos 10 minutos, hasta que se hayan dorado. Esperar un poco fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Se puede bañar la base en chocolae negro fundido, aunque creo que no necesitan nada más. Guardar en un recipiente hermético y tomar con el café, té o con un licor dulce. Con Glühwein también están buenísimos.

Bethmännchen

¡Aprovechad el fin de semana para hornear mucho!
06 diciembre, 2016

Grittibänz II con harina de espelta integral y sin huevo [versión monstruitos]

De verdad que odio los días de fiesta desde que soy autónoma, lo único que hacen es estorbar en mis rutinas! Vaaale, no quiero ser hater porque sé lo mucho que se agradecen, pero tenéis que entender mi situación. Tengo ya la cuenta atrás en marcha para dejar todo atado por aquí antes de irme a Murcia, y de repente se me planta el elfo una semanaza en casa. Sí, le quiero mucho y sería maravilloso pasar unos días prenavideños en pareja sin hacer nada, pero yo sigo currando, con clases de alemán y cocinando sin parar. Que él se levante cinco horas más tarde que yo y se dedique a vaguear en pijama con la tele puesta no me ayuda demasiado :P.

Hoy además comemos fuera con la familia, tradición de mis parientes políticos en los días festivos -mi suegra no está por la labor de cocinar cuando puede descansar, que también curra lo suyo-, así que me altera el ritmo también. Pero estoy aprovechando para terminar una receta ahora antes de irnos, aprovechando además que volvemos a ver el sol.

Grittibenzen

No quería dejar pasar este Día de la Constitución sin publicar receta nueva porque... ¡es San Nicolás! Ya he contado por aquí la importancia que tiene en muchos países europeos, especialmente con sus tradiciones en Suiza, así que no volveré a repetirme mucho. Pero me acuerdo mucho de la familia suiza en este día y pienso siempre en mi padre, cuando era niño y el San Nicolás visitaba su pueblo llevando dulces, nueces y mandarinas a los chiquillos. Allí no faltan los Grittibenzen, panecillos con una masa tierna semidulce, típicos de Suiza. En otros países germanoparlantes también es tradicional hacer panecillos con formas navideñas, y esta receta del año pasado es perfecta.

Pero este año, a pesar de ir a salto de mata y sin tiempo, me he empeñado en buscar una masa alternativa. Problema: las prisas y el caos en la cocina no ayudan a dominar una masa enriquecida de panadería que requiere arte y maña para formarla. Resultado: monstruitos de pan. ¡Pero están muy ricos! La masa tiene un toque rústico muy rico y se trabaja bien, así que os la recomiendo, aunque sea simplemente con forma de bollitos. La ventaja de estos hombrecillos mutantes es que los devoras sin tantos remordimientos, eso sí :P.
Grittibenzen

Grittibänz, panecillos de San Nicolás
Inspiración: receta adaptada de Eigebrötliss
Ingredientes para unas 5 unidades

Masa de arranque

- 100 ml de leche sin lactosa
- 100 g de harina integral de espelta
- 10 g de levadura fresca de panadería (o menos, si tenéis más tiempo)

Masa final

- 300 g de harina de fuerza
- 100 g de harina integral de espelta
- 10 g de sal
- 8 g de azúcar vainillado
- 1-2 cucharadas de azúcar
- 1 pizca de canela molida
- 50 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (alternativa sin lactosa, en mi caso)
- 200 g de leche sin lactosa
- masa de arranque
- leche o huevo para pincelar

 Mezclar la leche con la harina integral de espelta y añadir la levadura fresca desmenuzada. Tapar con un paño y dejar que fermente a temperatura ambiente, o guardar en la nevera unas horas si tenéis tiempo de hacer un levado más lento.

Combinar en un recipiente grande la harina de fuerza, la harina integral de espelta, la sa, el azúcar vainillado, el azúcar blanco y la canela. Añadir la mantequilla ablandada con la leche ligeramente tibia, mezclar un poco y echar la masa de arranque. Trabajar bien y amasar a mano o a máquina hasta tener una masa lisa y elástica. Tapar y dejar levar un par de horas hasta que doble su tamaño.

Deshinchar, reamasar un poco y dividir en 5 porciones del mismo peso, aproximadamente. Amasar cada porción, dejando las demás tapadas con un paño, y formar un cilindro alargado. Marcar la cabeza y hacer unos cortes para sacar los brazos y las piernas.

Poner cada figura en una bandeja de horno, algo separadas, y pinchar con leche o huevo batido. Decorar si tenéis inspiración con pasas, frutos secos, azúcar perlado... y dejar reposar 20 minutos. Precalentar mientras el horno a 200ºC. Hornear durante unos 20 minutos, o hasta que se hayan dorado bien. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Grittibenzen
¡Disfrutad del festivo/puente/acueducto! Que horneéis mucho estos días ;).
02 diciembre, 2016

Gingerbread de calabaza y arándanos rojos - sin huevo, sin lactosa

Diciembre no ha empezado muy bien. Para empezar, no sé qué ha pasado con el mes de noviembre, pero esa es la historia de siempre, así que vamos a ignorarlo. El tema es que tengo dentro de mí dos criaturas peleando todo el día; un grinch que solo ve la cecanía de las fiestas como estrés, agobio y gastos, y otro que es como una galleta de jengibre con gorro de Papá Noel y lleno de lucecitas que solo quiere comprar regalos, hornear dulces y bailar villancicos mientras decora el árbol. Vamos, que sí tengo ganas de Navidad, pero no estaría mal que diciembre tuviera un par de semanas más de regalo. Así que empiezo poco a poco por aquí, con un gingerbread de calabaza o pan de jengibre que va poniendo el tono festivo, pero sigue siendo otoñal.

Pumpkin gingerbread

Ayer acabé agotadísima después de darme una buena paliza en la cocina, con incidentes varios en medio. Ya que encendía el horno, pues aprovechaba para adelantar recetas... y claro, a lo tonto se pasan las horas. En la mini cocina necesito organizarme bien para poder trabajar, intentando usar los menos cacharros posibles. En cuanto entra una masa al horno, a fregar todo para la siguiente. Y solo tengo una rejilla de enfriar, ja, qué práctico.

Encima tengo que ir haciendo fotos sobre la marcha, y con prisas porque nos quedamos sin luz, así que no paro de ir y venir cargando con cosas. Por supuesto, hay que cambiar de platito, servilleta y mantelito entre fotos, que no salgan dos recetas clónicas. Entre el caos ocurrió lo peor: se me cayó un cuenco con masa de galletas al suelo, y encima tenía el cacao en polvo sin incorporar, así que imagináos el desastre. Cacao por todas partes. En cada hueco de cada mueble. Con trocitos de mantequilla en los rincones más insospechados.

Pumpkin gingerbread

En fin, a rehacer todo y luego a limpiar, que encima venía mi suegra a tomar café y no era plan de tener todo echo un caos. Hay confianza, sí pero... no. No me lo permito. Después nos tocaba ver un par de pisos -la búsqueda del Santo Grial continúa, poco satisfactoriamente- y descubrí que lo que yo temía que era un granito incipiente ha resultado un herpes. Diagnóstico instantáneo de mi suegra, eso sí, es práctico tener un médico en la familia.

Efectivamente, pica y duele demasiado para ser una espinilla, y no lo puedo ignorar porque digamos que el labio no es muy disimulable ¬¬;. Pero la guinda del día y de este mal inicio de mes sucedió al volver a casa: nuestra hámster Arya ha muerto de repente :(. Un animalito tan pequeñín y que ha estado con nosotros algo menos de dos años, pero qué penica nos ha dado, jo. Y eso que estaba bien por la mañana, juguetona como siempre. Con estos animalitos pasan estas cosas, pero me ha dado mucha pena.

Pumpkin gingerbread

Pero bueno, confío en que el mes mejore y la Navidad ponga un buen final a este 2016 que ha sido un poco para olvidar. Hay que ser positivos, y no hay nada mejor ni más fácil para reconfortarse que hornear un pan de jengibre. Esa mezcla de melaza -miel de caña-, jengibre, canela, nuez moscada, clavo, cardamomo, anís... y el toque de la calabaza, es mágica. La miga tiene que quedar jugosita, algo húmeda, y con ese maravilloso aroma que hace que te imagines una chimenea y nieve por la ventana. Estas masas dulces no las recomiendo con chocolate, y ya es raro en mí decir eso; mejor apostar por un buen café o una infusión afrutada. O tomarlo como más os apetezca, incluso cambiando la calabaza por plátano maduro, o puré de manzana, o zanahoria... Si os gustan los panes/bizcochos muy aromáticos, jugositos y rústicos, el gingerbread os llama.

Receta de gingerbread o pan de jengibre de calabaza y arándanos rojos
Inspiración: recuerdos de esta receta y mi ánimo en general
Ingredientes para un molde rectangular de unos 20-22 cm

- 240 g de puré de calabaza asada y escurrida
- 40 g de panela o azúcar moreno
- 70 g de melaza (miel de caña) o Golden Syrup
- 60 ml de aceite
- 140 g de harina de trigo integral
- 50 g de harina integral de trigo sarraceno
- 50 g de harina blanca de espelta
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 y 1/2 cucharaditas de jengibre molido
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1 pizca de clavo molido
- 1 pizca de cardamomo
- arándanos rojos o pasas al gusto
- azúcar moreno mezclado con canela para la cobertura

Precalentar el horno a 180ºC y preparar el molde con papel sulfurizado. Batir en un recipiente con unas varillas la calabaza con la panela y la melaza. Aparte mezclar las harinas con el bicarbonato, la levadura, la sal y las especias.

Incoroporar todos los ingredientes y mezclar con suavidad un poco. Añadir los arándanos rojos y continuar trabajando la masa con movimientos suaves, lo justo hasta que no queden grumos secos. Llenar el molde y cubrir con la mezcla de azúcar moreno y canela al gusto.

Hornear a media altura durante unos 40-45 minutos, o hasta que al pinchar el centro con un palillo salga casi limpio. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.

Está rico templadito, y es difícil resistirse a no catarlo, pero con el paso de las primeras horas mejora, al desarrollarse más los aromas y el sabor de la melaza. Por la humedad que tiene es mejor guardarlo bien envuelto en la nevera pasadas las primeras 24 horas, o en una despensa que sea fría.



Si tenéis mega-puente, ¡disfrutadlo! Yo me quedo pringando en casa preparando un trabajo expositivo para clase de alemán, que veremos a ver cómo me sale. El elfo fue listo y se pilló los días de vacaciones hace tiempo, así que tiene una semana relajadita por delante. ¡A hornear!
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